La voluntad de una época

Ludwig Mies van der RoheArchitecture is the will of an epoch translated into space

(La Arquitectura es la voluntad de una época traducida al espacio)

 

Otra frase lapidaria del gran arquitecto Mies van der Rohe (ya comentamos una hace algunas semanas). Y, además, va, qué duda cabe, en clara consonancia con lo que decía Le Corbusier sobre no plagiar épocas pasadas.

Aunque lo cierto y verdad es que entre las dos expresiones, ésta de Mies, y aquélla de Le Corbusier, también hay sutiles diferencias. L-C plantea un rechazo directo a épocas anteriores, mientras que en Mies tal confrontación se da, pero de forma más indirecta, menos visceral si se quiere. Queda implícita en la frase, a diferencia de L-C, que la muestra de forma abierta.

Por otra parte, aunque tal vez no esté yo  en lo cierto, en mi opinión L-C transluce en su expresión -y en su trayectoria arquitectónica y artística en general- una visión de esa «nueva arquitectura» mucho más «individualista», más personal, más «suya» propia, mientras que Mies tenía una vocación más «universalista», aspiraba más a «captar» y plasmar en sus edificios unos conceptos que eran más «generales» en la cultura del momento, esa «voluntad de la época», entendida, como es lógico, como algo colectivo, como un latido común a toda la sociedad.

Dicho todo lo anterior, supongo que estaremos muy de acuerdo en lo difícil que resulta especificar cuál es la voluntad de nuestra época, si es que tal cosa siquiera existe. En un mundo compuesto de fragmentos, descohesionado, donde predominan las visiones parciales e incompletas, es complicado vislumbrar cuál es esa «voluntad» de la que Mies nos hablaba. En cualquier caso, tal vez no haya que buscarla, tal vez, simplemente, esa voluntad se muestra (sí o sí) en la arquitectura que legaremos a futuras generaciones. Y tal vez ellos deban deducir, entonces, cuál era la voluntad de esta época.

La Arquitectura, según Lina Bo Bardi

Lina Bo Bardi
Lina Bo Bardi
Lina Bo Bardi

Architecture is created, ‘invented anew,’ by each man who attempts her, who roams her space, climbs a stair, rests on a balustrade, lifts his head to look, open, close a door, who sits down or gets up and makes intimate contact with – and at the same time create ‘forms’ in – the space […] This intimate, fiery, contact, that which was perceived by man at the beginning, is today forgotten. Routine and communal places made man forget the natural beauty of “moving in space,” of his conscious movement, of those little gestures…

(La Arquitectura es creada, «inventada de nuevo», por cada hombre que la prueba, que deambula en su espacio, sube una escalera, se apoya en una balaustrada, levanta su cabeza para mirar, abre, cierra una puerta, que se sienta o se levanta y entra íntimamente en contacto con -y al mismo tiempo crea ‘formas’ en- el espacio […] Este contacto íntimo, intenso, que fue percibido por el hombre en un principio, se ha olvidado hoy. La rutina  y los lugares comunes han hecho que el hombre olvide la belleza natural de «moverse en el espacio», de su movimiento consciente, de esos pequeños gestos…)

(Lina Bo Bardi, leído en Archdaily)

Nos guste más o menos la arquitectura de Lina Bo Bardi, esta cita resulta hermosa por su pasión, por el amor que muestra hacia la Arquitectura, hacia su creación y recreación en cada proyecto, en cada edificio, en cada momento en que alguien se mueve por el espacio generado gracias a ella. La reflexión sobre cómo el propio movimiento en el espacio es, en sí mismo, generador o creador de formas, espacio y arquitectura muestra -e invita a- una inusual profundidad en la concepción misma de qué es o qué constituye la Arquitectura. Y la Arquitectura, entendida como arte, crece, como las demás artes, cuando piensa sobre sí misma.

Cuándo introducir cambios en el diseño (según Frank Lloyd Wright)

Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright

You can use an eraser on the drafting table or a sledge hammer on the construction site.

(Puedes usar una goma de borrar en la mesa de dibujo o un mazo en la obra)

Una frase genial del gran Frank Lloyd Wright

Pues es un consejo brutalmente bueno para cualquier arquitecto o, en general, cualquier persona que se dedique al diseño. Pero, además, yo he usado esta frase también para explicar también a los clientes que el momento de cambiar cosas y de tomar decisiones es durante el proceso de proyecto (o de diseño). Cuanto más se piense el diseño, más se detallen las cosas, más se especifique cómo se quieren, mejor, porque en obra se producirán menos errores, improvisaciones, cambios de urgencia o incluso, como advertía Wright, demoliciones. Y es que un proyecto realizado con calma, concienzudamente, deviene en una ejecución más económica, y hasta más saludable para todas las partes implicadas -arquitecto, arquitecto técnico, cliente, constructor….-, porque se reducen las taquicardias, el estrés, el volumen que alcanza la voz de los intervinientes, etc.

En serio: cambiar el sentido de giro de una puerta puede conllevar tener que mover una escalera. Esto es relativamente sencillo en los primeros esquemas de diseño. Se complica cuando los planos ya son más detallados. Es una faena cuando se ha calculado la estructura y se han obtenido los planos correspondientes, además de haber justificado otras cien cosas al respecto de esa puerta y esa escalera en concreto. Se convierte en un despropósito si ya se ha obtenido la licencia. Y alcanza el absurdo más absoluto cuando ya se ha hormigonado la escalera (no digamos ya si se ha ejecutado el peldañeado).  Y recordemos que todo era por abrir en un sentido o en otro, o abrir «a derechas» en vez de  «a izquierdas».

En resumen: el gran Wright tenía toda la razón del mundo.

Carta de un arquitecto a los Reyes Magos

La Adoración de los Magos. Diego Velázquez, via Wikimedia Commons

Queridos Reyes Magos:

La Adoración de los Magos. Carta de un arquitecto a los Reyes Magos
La Adoración de los Magos. Diego Velázquez, via Wikimedia Commons

No es ésta una carta en la que vaya a pedir cosas personales, para mi sólo (aunque evidentemente son cosas que me afectan). Esa otra carta la escribiré luego, en casa, con papel y boli, junto a mi mujer e hijos. Aquí voy a poneros algunos deseos que incumben a muchos arquitectos más, y a arquitectos técnicos / ingenieros de la edificación y, en segundas y terceras derivadas, a muchísima gente más… casi a toda la sociedad española, diría yo, aunque tampoco quiero pasarme.

Lo normal es empezar diciendo si nos hemos portado bien o no… ¿verdad? Pues este año los arquitectos casi ni nos hemos portado, ni bien ni mal, vamos. Se nos ha visto poco el pelo. Aunque algunos nos sigan mirando regular. Pero dentro de ese «perfil bajo» que hemos tenido este año, creo que, en lineas generales, el conjunto de la profesión está formado por gente honrada, trabajadora, y que busca ganarse el pan con el sudor de su frente, exprimiendo sus neuronas y dedicando su tiempo a un oficio bello, sin duda, que nos gusta, sin duda, pero que requiere, como todo en esta vida, esfuerzo, preparación, vocación, dedicación y estrujarse mucho las neuronas, dejándonos las conexiones sinápticas por cada cliente, por cada trabajo, en cada croquis, en cada cálculo, en cada justificación de cada apartado de cada sección del CTE. ¿Que si hay excepciones a esta forma de trabajar entre mis colegas? Pues seguro que debe haberlas. Pero son una minoría -al menos entre los arquitectos que yo conozco no hay ninguno que no viva así esta profesión, en mayor o menor medida-.

Dicho esto, en primer lugar me permito pediros que no dejéis que el Gobierno apruebe la LSCP tal como la han planteado. Es un disparate. Dicen que hay que eliminar unas «reservas de actividad», que es tanto como decir que a ver por qué la medicina tienen que ejercerla los médicos. Y digo yo: pues porque es lo lógico… .¿no? Que es verdad que un veterinario sabe de anatomía, pero no por eso va a ser buena idea que opere a una persona de un tumor en el estómago. A mí me parece obvio, pero se ve que hay quien no lo tiene tan claro. Y no es manía mía hacia los ingenieros, ¿eh? Que son profesionales como la copa de un pino. He trabajado con unos cuantos y saben la tira de lo suyo y se han ganado lo que me han cobrado o lo que han cobrado al cliente, según los casos. Y los arquitectos necesitamos muchísimas veces su ayuda. Pero no es cuestión de dejar que todos puedan hacer todo, ¿no? Vaya, ni siquiera un cardiólogo se metería a hacer una operación de neurocirujía, por muy médico que sea. Si es que lo de quitar esas «reservas de actividad» no se sostiene, por la sencilla razón de que son lógicas.

Aunque ya sé que lo tenéis difícil para mi segundo deseo, ahí va: me gustaría que volvieran los honorarios mínimos. Por varias cosas. En primer lugar, porque esto de la guerra de los honorarios se ha ido de las manos. Hay quien trabaja por debajo de coste. Y eso supone que no va a poder ofrecer en ningún caso un servicio adecuado al cliente. El trabajo será, cuando menos, mediocre. Y es que, además, esos honorarios no dan para pagar el seguro obligatorio de responsabilidad civil, la mutualidad o seguridad social, el IRPF correspondiente, el IVA, etc. Y eso, si me permitís daros mi opinión, es malo para toda la sociedad, y no sólo para el cliente concreto. En Alemania, que para muchas cosas son tremendamente inteligentes, tienen honorarios mínimos para ingenieros y arquitectos. No debe ser mala idea. Ni debe ser tan «anticompetitivo» como nos dijeron cuando se suprimieron en España. Ya hay una petición pública circulando para solicitar la vuelta de los honorarios mínimos. Pero yo lo pongo en esta carta, que me fío de vosotros.

También quiero pediros que inspiréis un poquito a los representantes de los arquitectos para que sepan explicar bien a la sociedad en general, y a los poderes públicos también, cuál es el sentido de la figura del arquitecto. No quiero enrollarme demasiado, pero durante bastante tiempo han estado (quizá toda la profesión ha estado) en su mundo arquitectónico, sin mirar hacia afuera. Y eso no es bueno. Seguro que ahora lo están intentando más que nunca, y por eso os pido que les echéis un cable.

Hay otra cuestión particular que me preocupa y que quiero pediros. Tampoco es exactamente para mi, pero, como he dicho al principio, me afecta también, y puede que en un futuro me afecte más aún. Sabéis a lo que me refiero, y es una filia/fobia muy personal en el ejercicio de mi profesión: es el tema de la accesibilidad. Vale, es verdad que hay normativa sobre eso. Pero se la saltan a la torera cada dos por tres. Hace poco leí a Antonio Corbalán Pinar explicando muy bien por qué es importante no hacer la vista gorda. Y últimamente me encuentro con mucha gente que se muestra bastante indiferente hacia las necesidades de accesibilidad de otras personas. Supongo que es un trabajo que hay que ir haciendo durante muchos años: concienciar a la sociedad. Ojalá incluso se llegue a generalizar la idea -relativamente reciente- de la necesidad de una accesibilidad cognitiva, y que cunda el ejemplo de ciudades como Pamplona, que ha puesto pictogramas en muchos sitios públicos, y también en sus iglesias, para mejorar la accesibilidad para las personas con autismo. Creo que los arquitectos tenemos mucho que aprender, pero también mucho que aportar, en este terreno.

Hay más cosas que quiero pediros, claro. Unas son difíciles y otras imposibles. Pero por eso os escribo esta carta a vosotros, claro. Entre esas otras cosas: que se reactive un poco el trabajo para toda la profesión, que hay muchos arquitectos que lo está pasando bastante mal (además, esto ayudaría también a muchos otros oficios, profesiones y empresas, ¿eh?); que en general se valore más el trabajo intelectual y, por qué no decirlo, el creativo; que consigamos entre todos eliminar cierta visión estereotipada del arquitecto como un personaje prepotente y, además, forrado hasta las trancas -muchas veces de forma injusta o, incluso, ilegal-; también que los arquitectos, como colectivo, nos apeemos del burro y pisemos tierra, para trabajar entre todos por todo lo que he dicho antes…. En fin, tantas y tantas cosas….

Como vosotros sabéis mucho más que yo, traednos lo que sea necesario (pero pensad en lo que os escrito, por favor). Muchos abrazos y dadle un beso al niño Jesús de nuestra parte.

Arquitectura, según Mies van der Rohe

Ludwig Mies van der Rohe
La arquitectura es como el lenguaje. Para dominar un idioma uno debe dominar su gramática.

Iʼm not working on architecture, Iʼm working on architecture as language, and I think you have to have a grammar in order to have a language

(Mies van der Rohe)

Una frase de un grande, que me recordó @blogdelaunion, si bien creo que la frase auténtica es la que aparece en inglés, por lo que esta traducción al español es un poco «libre»

Autismo y Arquitectura

Este artículo resume la presentación realizada por el autor para la obtención del DEA (Diploma de Estudios Avanzados) en la Universidad Politécnica de Cartagena, en el marco del Programa de Doctorado «Arquitectura, Urbanismo y Medio Ambiente». Un desarrollo ligeramente más detallado se publicó en inglés, y puede consultarse aquí en PDF (Pilar Arnaiz Sánchez, Francisco Segado Vázquez and Laureano Albaladejo Serrano (2011). Autism and the Built Environment, Autism Spectrum Disorders – From Genes to Environment, Prof. Tim  Williams (Ed.), ISBN: 978-953-307-558-7, InTech, DOI: 10.5772/20200. Available from: http://www.intechopen.com/books/autism-spectrum-disorders-from-genes-to-environment/autism-and-the-built-environment).

Se agradecería cualquier comentario sobre el artículo, o cualquier referencia a otras informaciones referidas a este tema.

1.- Introducción

Concluía Heiddeger (2001) su conferencia “Construir, habitar, pensar”, con una exhortación para que sepamos “construir desde el habitar y pensar para el habitar”. Son muchas las definiciones de la arquitectura que se han dado a lo largo de la historia, pero su centro, su objetivo, su fin, es el habitar. Es por eso que Norberg-Schultz (1980) afirma que para investigar y conocer mejor el espacio arquitectónico, es necesario comprender el espacio existencial, es decir, aquel concepto de espacio que permite al hombre construir una imagen estable de lo que le rodea, y que a su vez le permite pertenecer a una sociedad y a una cultura.

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Reflexiones sobre la Ciudad a la luz de “Las Ciudades Invisibles”

Este artículo se corresponde con un trabajo de investigación presentado para el Programa de Doctorado «Arquitectura, Urbanismo y Medio Ambiente», en la Universidad Politécnica de Cartagena, en la asignatura «Urbanismo Sostenible», impartida por la Dra. Arquitecta Dª Esther Monasterio Navarro
  1. Introducción

“Las ciudades invisibles” es un libro complejo y rico en posibilidades de interpretación y lectura. Y tal era la intención de Italo Calvino al escribirlo. Para él, influido por el estructuralismo y la semiología1, no es tan importante el autor como el lector a la hora de dar un significado a una obra literaria (abogará, de hecho, por una cierta disolución o desaparición de aquél en favor de la preeminencia de éste). Si, de acuerdo con el enfoque estructuralista de la semiótica, el significante (la palabra escrita en nuestro caso, o incluso el libro en su conjunto) adquiere un significado en un contexto determinado, diferente al que toma en otro, la lectura de un libro puede realizarse, en cierta manera, con un significado distinto al que existía en la mente del autor, puesto que el contexto del lector es diferente al del autor; incluso el de cada lector es distinto. Italo Calvino, siguiendo esta idea, deliberadamente escribe esta obra para que pueda leerse y comprenderse de muy diversas formas.

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