El precio de un buen diseño

Ralf Speth - El precio de un buen diseño
Ralf Speth

Si crees que el buen diseño es caro, deberías ver el coste del malo

 

Ralf Speth, CEO de Jaguar Land Rover

Pues se puede decir más alto, pero no mucho más claro, ¿verdad? Da la sensación, sin embargo, de que en España, culturalmente, esto no está demasiado bien asumido. En general, todo el mundo tiene claro que no hay que «jugársela» con cosas como los medicamentos o la comida, por ejemplo, y que es lógico pagar un precio -evidentemente dentro de lo razonable- por ellas. El riesgo de encontrarte con problemas serios es alto. Sin embargo, cuando hablamos de proyectar una vivienda o una reforma de la misma…. bien, eso parece ser harina de otro costal. Eso de pagar unos honorarios por que te diseñen bien tu vivienda (o local comercial, si a eso estamos, o incluso la imagen corporativa de tu empresa o negocio) resulta absurdo para la mentalidad de muchas personas. Y sin embargo, también en estos asuntos el riesgo de que haya complicaciones serias es importante. No tengo muy claro por qué, pero ese riesgo no es percibido tan claramente como en otros temas: nadie busca asesoramiento legal en un amigo, a menos que éste tenga la formación adecuada, ni consejo médico a una persona que no sea un profesional sanitario (bueno, esto a veces se hace, pero con temas menores…. y es también arriesgado).

El caso es que, en efecto, el coste de un mal diseño puede ser muuucho más alto que lo que cuesta pagar a un profesional para que haga un proyecto «como Dios manda». Y el precio de vivir en una vivienda mal diseñada se paga a diario (en la comodidad de uso en muchas ocasiones, o en el gasto en iluminación y acondicionamiento, por poner dos ejemplos).

Un arquitecto para tu reforma – Proyecto/Diseño

Diseñando una reforma
Esta entrada es la parte [part not set] de 3 de la serie Cómo te puede ayudar un arquitecto en una reforma
Diseñando una reforma
Diseñando una reforma

Ya hemos visto en la entrada anterior de esta serie lo importante que es comenzar bien el proceso de una reforma, las gestiones previas, la toma de datos, etc. Lo siguiente, evidentemente, es diseñar o proyectar lo que se va a hacer… concretar la reforma, vamos. Y de nuevo la ayuda que te puede prestar un arquitecto en esta fase es inestimable.

En primer lugar, un consejo: déjate aconsejar por tu arquitecto. No digo que aceptes cada propuesta o cada idea que te ofrezca… digo que dejes que te las ofrezca. Incluso en el caso de que te guste mucho el diseño, el interiorismo, la decoración, y hayas visto montones de revistas y webs, lo más probable es que tu arquitecto haya visto más revistas y más webs aún, y blogs, y exposiciones, y libros…. El caso es que con creatividad y diálogo entre tú y tu arquitecto, barajando tanto las ideas que tú sugieras como las que él te proponga, salen ideas aún mejores.

Otro consejo: más que decirle a tu arquitecto «quiero esto o aquéllo», o «quiero que esto sea así», explícale qué quieres conseguir (más espacio, más luz, un dormitorio más, mayor calidez, una imagen más actual… lo que se te ocurra), cómo te gustaría vivir en tu casa, qué ritmo vital llevas, qué te gusta -de todo: colores, música, arte, cine, gente… hasta política y religión, si quieres-, con quién vives y te relacionas, en qué trabajas…. Con todo eso, y partiendo de el estado actual de tu vivienda, tu arquitecto puede proponerte una reforma que se adapte a ti, a tu vida. No quiere eso decir que no pongas tus condiciones «indispensables», o unos requisitos mínimos para «aceptar» la reforma que te propone. Pero sí que le dejes crear algo interesante para ti, sugerirte cosas, ayudarte a plantear algunas cosas de una forma que no habías pensado inicialmente. Se trata, en suma, de explicarle las «intenciones» de esa reforma, y dejar que él te ayude a dar forma a esas intenciones. Insisto en que la interacción entre los dos es lo mejor para llegar a un diseño fantástico.

Tu arquitecto también debería saber ya en esta fase el presupuesto del que dispones para la reforma, si es que ya lo tienes muy claro, o al menos una aproximación, para ir acotando o ampliando el grado de intervención, ir calibrando el uso de unos materiales u otros, considerar los medios técnicos que harán falta para ejecutar la obra, etc.

Las propuestas que te puede hacer tu arquitecto en esta fase van muuuucho más allá de simplemente decir dónde van los tabiques o las puertas… Si algo bueno tenemos los arquitectos (vale, hay más cosas, pero esto es muy bueno) es la capacidad de tener una visión de conjunto de todo proyecto, considerando, simultáneamente, un gran número de aspectos. Y no sólo eso, sino que en la fase de proyecto y diseño vamos realizando todo el planteamiento técnico, es decir, todo lo que es necesario acometer para llegar desde el estado actual de tu vivienda hasta el estado final pretendido. Pongo aquí una pequeña lista de cosas que tu arquitecto tendrá en cuenta (dependiendo de la actuación que se pretenda realizar, claro), sabiendo, como he dicho antes acerca de  la visión de conjunto, que todos estos aspectos (y muchos más) están interrelacionados entre sí:

  • Relación entre los espacios
  • Colores
  • Acabados
  • Texturas
  • Ritmos
  • Soleamiento
  • Funcionalidad
  • Ventilación
  • Iluminación
  • Vinculación de los espacios con el exterior
  • Materiales y elementos constructivos
  • Accesibilidad
  • Espacios exteriores
  • Amueblamiento
  • Decoración
  • Instalaciones (eléctrica, de fontanería, de saneamiento, aire acondicionado, calefacción, domótica…)
  • Seguridad de la construcción y en la vivienda
  • Impermeabilidad y estanqueidad
  • Ahorro energético
  • Subsanación de patologías ya existentes
  • Durabilidad
  • Elementos estructurales
  • Diseño exterior de la vivienda o la parte del edificio en cuestión

No sigo con la lista, porque se haría un post interminable, pero sí avanzo que algunos de estos aspectos se tratarán también en entradas siguientes de esta misma serie.

 

Cartel para la XIV Marcha Solidaria

Cartel XIV Marcha Solidaria

Cartel XIV Marcha SolidariaCada año el Colegio Jesús-María de Murcia organiza la Marcha Solidaria, cuyo objetivo es recaudar fondos para una causa concreta, que se elige para cada edición. No sólo eso, sino que en la propia idiosincrasia del evento está el «movilizar» a la sociedad murciana por, para y hacia la solidaridad, es decir, invitar a la gente a que «se mueva» por una buena causa.

Es un evento que ya se ha institucionalizado en la ciudad de Murcia, pues no en vano lleva, con la celebrada el pasado 22 de febrero, catorce ediciones. Si bien hace unos años se ha realizado la Marcha Solidaria en favor de acciones que se llevaban a cabo en distintos países, como pueden ser Bolivia, Pakistán, Haití, por citar sólo tres, en esta ocasión (al igual que el año pasado), y dada la situación de crisis económica que atravesamos, se decidió colaborar con un proyecto «local», que en última instancia desarrollará Cáritas. En concreto, se buscaba apoyar la creación de una red de tiendas solidarias, en las que se venderá ropa a precios simbólicos, y que favorecerán la inserción laboral de personas en situación (o en riesgo) de exclusión social.

Pues bien, en colaboración con los alumnos organizadores (de primero de Bachillerato), hemos creado el cartel (de 50×70 cm) para esta edición. La intención era crear un diseño que fuera sobrio pero, a la vez, llamativo. Se trataba de hacer notar el evento, reflejar su carácter solidario y, simultáneamente, reflejar que se trata de algo con cierta «solera», institucionalizado en la ciudad de Murcia, como se ha comentado más arriba. Para ello, se han elegido tonos azules y turquesas, y se ha jugado con una imagen fácilmente reconocible en la ciudad (la torre de la catedral) y una única tipografía, muy potente y de buena legibilidad, con distintos pesos según la información que se debía transmitir. Además, la Marcha Solidaria se identifica siempre por el símbolo de la huella de un pie (o varias de ellas), por lo que era un elemento que debía aparecer con un mínimo de relevancia en el diseño. Está presente también el eslogan que los alumnos organizadores habían elegido para esta edición, haciendo referencia al objeto de la Marcha Solidaria de este año (la tienda solidaria). Además del cartel, diseñamos también unas octavillas (A5, doblado en díptico) y una pancarta (6 x 1,5 m).

Cuándo introducir cambios en el diseño (según Frank Lloyd Wright)

Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright
Frank Lloyd Wright

You can use an eraser on the drafting table or a sledge hammer on the construction site.

(Puedes usar una goma de borrar en la mesa de dibujo o un mazo en la obra)

Una frase genial del gran Frank Lloyd Wright

Pues es un consejo brutalmente bueno para cualquier arquitecto o, en general, cualquier persona que se dedique al diseño. Pero, además, yo he usado esta frase también para explicar también a los clientes que el momento de cambiar cosas y de tomar decisiones es durante el proceso de proyecto (o de diseño). Cuanto más se piense el diseño, más se detallen las cosas, más se especifique cómo se quieren, mejor, porque en obra se producirán menos errores, improvisaciones, cambios de urgencia o incluso, como advertía Wright, demoliciones. Y es que un proyecto realizado con calma, concienzudamente, deviene en una ejecución más económica, y hasta más saludable para todas las partes implicadas -arquitecto, arquitecto técnico, cliente, constructor….-, porque se reducen las taquicardias, el estrés, el volumen que alcanza la voz de los intervinientes, etc.

En serio: cambiar el sentido de giro de una puerta puede conllevar tener que mover una escalera. Esto es relativamente sencillo en los primeros esquemas de diseño. Se complica cuando los planos ya son más detallados. Es una faena cuando se ha calculado la estructura y se han obtenido los planos correspondientes, además de haber justificado otras cien cosas al respecto de esa puerta y esa escalera en concreto. Se convierte en un despropósito si ya se ha obtenido la licencia. Y alcanza el absurdo más absoluto cuando ya se ha hormigonado la escalera (no digamos ya si se ha ejecutado el peldañeado).  Y recordemos que todo era por abrir en un sentido o en otro, o abrir «a derechas» en vez de  «a izquierdas».

En resumen: el gran Wright tenía toda la razón del mundo.

Lo preocupante del plagio, según Nikola Tesla

Nikola Tesla - Plagio
Nikola Tesla

I don’t care that they stole my idea… I care that they don’t have any of their own.
(No me preocupa que me hayan robado mi idea… Me preocupa que ellos no tengan ninguna.)

(Nikola Tesla)

Visto en la página de Chris Cureton

Pues el bueno de Nikola Tesla tenía parte de razón. Probablemente no es la actitud que nos sale a quienes nos movemos en cualquier campo del diseño. El plagio es (y así lo sentimos) un robo, evidentemente. Pero claro, si alguien te roba la idea es porque no es capaz de concebir una suya que sea igual o mejor. Eso podríamos tomarlo en cierta medida como un halago, pero también debería ser preocupante para el cliente que «compra» esa idea fruto de un plagio, es decir, robada. Y esto también debería hacer reflexionar a quien se atribuye ideas (diseños, proyectos, imágenes, libros, hasta artículos científicos) que no son suyas.

No hace mucho comentábamos una famosa cita de Pablo Picasso y allí tratábamos de diferenciar el hecho de «hacer tuya» una idea de otro, es decir, incorporarla a tu pensamiento o a tu trabajo, frente al mero plagio, consistente en atribuirte el mérito del esfuerzo de otro. No sé cuáles son vuestras experiencias con respecto a que te roben ideas (bienvenido será cualquier comentario). A mí me ha pasado y es, cuando menos, frustrante ver tu trabajo ejecutado, publicitado o publicado con la firma de otro, en ocasiones incluso con el conocimiento de quien te ha realizado el encargo.

El esfuerzo invertido en el diseño (del tipo que sea, da igual que hablemos de un proyecto -o anteproyecto- arquitectónico que de un logotipo, un cartel, un mueble…) no está bien valorado. Es trabajo, digámoslo así, «intelectual», y eso no «pesa», no tiene materialidad, excepto por el soporte en el que se presenta al cliente. Dicho de otro modo, no es el objeto final, que, en suma, es lo que interesa. Las ideas no tienen precio, y aquí me refiero, precisamente, a que en muchas ocasiones los clientes no son capaces de asignar un valor económico al esfuerzo invertido.

A veces el plagio es indemostrable. Otras veces, simplemente, no merece la pena -por muchas y diversas razones- el esfuerzo de «pelear» por probar tu autoría. Pero, efectivamente, como decía Tesla, lo preocupante es que quien nos ha plagiado carecía de algo mejor que presentar.

Camas de… ¡cartón!

Hay camas realizadas con madera, con metal, con cristal, con piel…. pero también hay ejemplos construidos con cartón. Sí, con cartón corriente -más o menos, vamos-. Es una opción, ¿por qué no? (bueno, se nos pueden ocurrir algunas razones por las que podría no ser buena idea del todo, y varias de ellas incluyen el agua en el razonamiento). Pero hay quien ha diseñado y fabrica camas con cartón, y están a la venta. Vamos a ver unos cuantos ejemplos. Sigue leyendo

Typography is…

Typography: Lower case ‘a’ from Adobe Caslon Pro (credits: Wikipedia)Typography is the craft of endowing human language with a durable visual form, and thus with an independent existence.

(La tipografía es el arte de dotar al lenguaje humano de una forma visual duradera, y, en consecuencia, de una existencia independiente)

(Bringhurst, R. (2004). The elements of typographic style. Seattle; Vancouver: Hartley & Marks.)

Pues, sin duda, es una de las mejores definiciones que se han dado sobre el arte de la tipografía, y una que mueve al diseñador a reflexionar sobre cómo va a plasmar un texto en un diseño concreto, sobre cuál es la «forma visual duradera» que va a tener.